5 cosas que me han hecho feliz ultimamente

 

Estar de vacaciones

Las vacaciones son como el dinero, nunca vienen mal. En mi caso las necesitaba mucho. Mi cabeza estaba ya cruzando el estrecho muro que separa la cordura de las ganas irremediables de golpear a mucha gente. He estado dos semanas y media de vacaciones. Desde la época estudiantil nunca había tenido tantas vacaciones seguidas y me han sentado de maravilla, la verdad. Tanto que hasta la vuelta al trabajo la llevo bien aún sabiendo que no tengo más vacaciones hasta finales de noviembre.

Celebrar mi aniversario de acampada con mi chico

El 28 de junio mi chico y yo hicimos 2 años juntos. Con mi edad la gente ha tenido alguna relación bastante más larga que eso, pero yo no. Lo más largo hasta Víctor fueron 6 meses así que comprenderéis que para mí sea un logro importante. Siempre lo celebramos rememorando nuestra primera cita: pizza y cerveza viendo los fuegos nocturnos de Hogueras en la playa. Me encanta que tengamos nuestra pequeña tradición. Este año, además, unos días antes nos fuimos un par de días de acampada. Dos días geniales con una compañía perfecta.

Que mi hermano haya estado una semana entera en Alicante 

Mi hermano vive en Girona y no lo veo mucho. Además, desde que trabajo, nunca tengo vacaciones en Navidad así que aunque mi hermano venga nunca puedo participar en los planes de mi familia. Este año, sin embargo, mi hermano ha venido una semana entera coincidiendo con mi última semana de vacaciones y hemos hecho muchísimos planes en familia.

Celebrar el bautizo de las dos pequeñas incorporaciones a la familia

Tengo una familia muy extensa tanto por parte de madre como por parte de padre y con esto de la familia tenemos toques muy de la Mafia a lo Corleone. A mí mi familia me encanta y montando celebraciones es difícil igualarnos. Esta vez nos reunimos unos cuantos para celebrar el bautizo de las dos incorporaciones más recientes a la familia: Carmen y Lola, las gemelas de mi prima Isa. Creo que el único momento en el que contuve la risa fue la ceremonia y porque estaba haciendo las fotos y no quería que me salieran movidas.

Encontrar unos pantalones cortos en rebajas en los que mis muslos bailan

No soy una persona súper gorda (tampoco delgada, no nos engañemos), pero tengo unas extremidades que podrían alimentar a media población mundial. Mucha gente no se lo cree porque, como digo, aunque se nota que tengo buenas piernacas parece que otras personas más gorditas tienen más, pero no. Mis gemelos de gladiador romano me han impedido siempre llevar botas altas porque ningunas me cierran. No, esas de la goma tampoco. No, esas especiales de zapatero tampoco. Las únicas que me venían son las tipo cowboy y las de agua y en ambos casos cuando me las quito hacen ventosa. Por eso la gran alegría del invierno pasado fueron unas botas de stradivarius en las que por primera vez en mi vida ¡me bailaba la pierna! Literalmente las destrocé de tanto usarlas.

La alegría en el campo de las compras este verano ha venido de la mano de unos pantalones cortos. Quería unos, pero en mi mente yo me imagino con cierto parecido a Gisele Bündchen y creo que me va a bailar el muslo en los pantalones. Sin embargo, cuando me los pruebo la realidad hace su aparición estelar y no, entre mi muslo y el pantalón no pasa ni la circulación sanguínea. Por eso, cuando me probé mis actuales pantalones fetiche en HyM estuve a punto de salir del probador bailando y besando a todas las dependientas. Porque sí, señores y señoras, con estos pantalones ¡pasa el aire entre mi muslo y la tela!

Y a vosotr@s, ¿qué cosas os han hecho sonreír ultimamente?